Madrid, 25 de mayo de 2021. La llegada del buen tiempo suele venir acompañada de cambios en los hábitos de vida y en la alimentación. Las escapadas de fin de semana, las comidas fuera de casa y las celebraciones alteran las rutinas alimenticias que se venían manteniendo a lo largo del año y, por ello, es preciso prestar atención a qué alimentos típicos de la época estival son beneficiosos para la salud bucodental y, por otra parte, cuáles son mejor evitar.
Según el Estudio Sanitas de Salud Bucodental 2020, nueve de cada diez españoles se muestran preocupados por el estado de su salud bucodental y, sin embargo, en el cuidado diario, todavía hay quien no cumple con los hábitos recomendados por los odontólogos como, por ejemplo, el cepillado de dientes tres veces al día, un hábito llevado a cabo tan solo por menos de la mitad de la población, tal y como ocurre con el uso de colutorio.
Recomendaciones básicas para la correcta higiene bucodental
“Para que nuestra salud bucodental sea completa, además de ser rigurosos con hábitos higiénicos como el cepillado tras cada comida, el uso del colutorio y las visitas regulares a los odontólogos, es preciso mantener una dieta que ayude a que los dientes no se deterioren más de la cuenta. Los alimentos que ingerimos, y la frecuencia con la que lo hacemos, tienen un efecto directo en nuestro estado de salud en general, pero también en el de nuestros dientes y encías, algo que no debemos olvidar”, explica Manuela Escorial, odontóloga de la dirección asistencial de Sanitas Dental.
Alimentos y bebidas que afectan a la salud bucodental
Ante esta situación, los expertos odontólogos de Sanitas han elaborado un listado con una serie de alimentos veraniegos que pueden dañar dientes y encías:
Alimentos cítricos:
el verano incita a consumir alimentos y frutas más frescas, como podrían ser algunas cítricas. Pero el ácido que contienen estos productos puede erosionar el esmalte de los dientes, provocando así la aparición de caries e incrementando la sensibilidad dental.
Refrescos y bebidas carbonatadas:
El calor siempre anima a ingerir este tipo de bebidas al ser refrescantes y encajar en momentos sociales, pero su alto contenido en azúcar y sustancias ácidas acelera la aparición de caries y fenómenos erosivos en los dientes. Por ello, los expertos siempre recomiendan reservar su ingesta para ocasiones especiales y consumir agua en el día a día.
El alcohol:
Por motivos similares al del punto anterior, el consumo de alcohol en verano suele intensificarse. Sin embargo, su ingesta genera una deshidratación en el cuerpo que afecta directamente a la cavidad bucodental resecándola y disminuyendo el flujo de saliva dental, encargado de realizar la limpieza bucal.
Dulces con textura pegajosa y helados
Los dulces viscosos tipo gominolas, caramelos blandos, siropes o gelatinas tienen una gran cantidad de azúcar que, además, se adhiere con mayor facilidad a los recovecos de los dientes y dificulta su posterior eliminación. Lo mismo pasa con los helados, por ello son preferibles los dulces o helados caseros, para que se pueda controlar la cantidad de azúcar, u otros alimentos como el chocolate negro.
Té verde:
Una excesiva ingesta de té verde también puede ser negativo para los dientes, sobre todo, debido a los taninos. También puede provocar sequedad bucal (aunque puede contrarrestarse con la ingesta suficiente de agua) y alterar el color natural de la dentadura con el paso del tiempo, por lo que es recomendable controlar su consumo.